Adquirir una máquina usada de limpieza de filtros DPF puede parecer una opción atractiva, sobre todo cuando la inversión total cuesta varias veces menos que un aparato nuevo. Para muchos talleres que se plantean entrar en este segmento de servicios, el precio suele ser el primer criterio y el más importante. Sin embargo, cuando se mira el mercado a largo plazo, este cálculo se complica rápidamente.
Una máquina de segunda mano tiene un precio de compra más bajo, pero no existe una opción de financiación flexible. Las máquinas Otomatic nuevas están disponibles a partir de unos 300 euros al mes en leasing, el equivalente a dos filtros DPF limpios. En la práctica, esto significa que la cuota se amortiza sola, y el taller no tiene que "congelar" capital al principio.
Al comprar un aparato usado, el tentador precio único suele resultar una ilusión, porque los costes de servicio, la falta de garantía y el menor rendimiento generan gastos difíciles de predecir.
También hay que recordar que las máquinas más antiguas se diseñaron con una generación diferente de filtros DPF en mente: más grandes, menos sensibles y construidos para cumplir las normas de emisiones de la época. Los filtros actuales son más delicados, y las normas (incluida la próxima Euro 7) exigen un proceso de limpieza completo, seguro y documentado.
Una máquina usada, aunque sea técnicamente sólida, no puede cumplir estas expectativas en la misma medida que los modernos sistemas híbridos con secado por impulsos o automatización AI.
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Una máquina nueva no es sólo nueva tecnología, sino también un servicio de asistencia completo, disponibilidad de piezas y garantía del fabricante. Con los equipos usados, el taller está solo, y el tiempo de inactividad por averías puede significar la pérdida de clientes.
Para un taller que quiere consolidar su marca y su reputación, la fiabilidad de sus equipos suele ser más valiosa que el aparente ahorro que supone su compra.
Si se considera la cuota mensual, la diferencia entre una máquina usada "barata" y una máquina híbrida Otomatic nueva deja de ser significativa. 300 euros es un coste que prácticamente se amortiza con el trabajo diario del taller.
A cambio, obtenemos equipos adaptados a la realidad actual, con un soporte técnico completo y una tecnología que nos permite prestar servicios al nivel que los clientes esperan en 2025.
Una máquina DPF usada puede parecer atractiva en un anuncio, pero en la práctica puede ser como comprar un coche con un historial incierto: funciona a corto plazo, pero a largo plazo se convierte en una fuente de problemas.
Un equipo nuevo significa estabilidad, costes predecibles y una ventaja competitiva. En una época de normas de emisiones cada vez más estrictas y expectativas crecientes de los clientes, las máquinas modernas de leasing son la opción más sensata para los talleres que piensan en el futuro.
Sobre el autor
Christopher Smolec - Director General de OTOMATIC
Experto en desarrollo empresarial y creación de relaciones con los clientes. Desde 2018, participa activamente en la promoción y actualización de máquinas y métodos de limpieza de filtros de partículas diésel, a menudo conocidos por las siglas: DPF, FAP, GPF.